FICNOVA en dirección hacia una Nación Humana Universal
Ahora, mientras algunas intenciones levantan muros entre países, ponen barreras a la libre circulación de las personas, abandonan en la miseria a millones de ellas y viven asfixiadas en el individualismo miope; ahora también, desde el fondo del corazón de muchas otras nos reencontramos, nos sentimos unos a otros y crece en nosotros la necesidad de ciudarnos todos. Ese sentimiento reconoce el sentido de encaminarnos a la conformación de una Nación Humana Universal, que definitivamente supere todas las barreras. Una nación que desarrolle no solo la igualdad de derechos sino la de oportunidades para todo ser humano.
Desde el FICNOVA apoyamos mostrando todos los ejemplos que recibimos encaminados en esa dirección, de reconocimiento de lo diverso, de convergencia de las culturas en la noviolencia, de colaboración entre los pueblos,… fomentando espacios de intercambio y de cooperación desde ya.
Tras las proyecciones con ejemplos sobre estas cuestiones, como refuerzo a esta dirección emprendida por muchas personas, proponemos la revisión en alguna ocasión del siguiente texto:
«…Los factores positivos del cambio.
El desarrollo científico y tecnológico no puede ser cuestionado por el hecho de que algunos adelantos hayan sido o sean utilizados en contra de la vida y el bienestar. En los casos en que se cuestiona a la tecnología se debería hacer una previa reflexión respecto a las características del sistema que utiliza el avance del saber con fines espurios. El progreso en medicina, comunicaciones, robótica, ingeniería genética y otros tantos campos, desde luego que puede ser aprovechado en dirección destructiva. Otro tanto vale respecto a la utilización de la técnica en la explotación irracional de recursos, polución industrial, contaminación y deterioro ambiental. Pero todo ello denuncia el signo negativo que comanda la economía y los sistemas sociales. Así, bien sabemos que hoy se está en condiciones de solucionar los problemas de alimentación de toda la humanidad y sin embargo comprobamos a diario que existen hambrunas, desnutrición y padecimientos infrahumanos porque el sistema no está en disposición de abocarse a esos problemas resignando sus fabulosas ganancias a cambio de una mejora global del nivel humano. También advertimos que las tendencias hacia las regionalizaciones y, finalmente, hacia la mundialización están siendo manipuladas por intereses particulares en desmedro de los grandes conjuntos. Pero está claro que aún en esa distorsión se abre paso el proceso hacia una nación humana universal. El cambio acelerado que se está presentando en el mundo lleva a una crisis global del sistema y a un consecuente reordenamiento de factores. Todo ello será la condición necesaria para lograr una estabilidad aceptable y un desarrollo armónico del planeta. Por consiguiente, a pesar de las tragedias que pueden avisorarse en la descomposición de este sistema global actual la especie humana prevalecerá sobre todo interés particular. En la comprensión de la dirección de la historia que comenzó en nuestros antepasados homínidas radica nuestra fe en el futuro. Esta especie que ha trabajado y luchado durante millones de años para vencer el dolor y el sufrimiento no sucumbirá en el absurdo. Por ello es necesario comprender procesos más amplios que simples coyunturas y apoyar todo lo que marche en dirección evolutiva aún cuando no se vean sus resultados inmediatos. El descorazonamiento de los seres humanos valerosos y solidarios retrasa el paso de la historia. Pero es difícil comprender ese sentido si la vida personal no se organiza y orienta también en dirección positiva. Aquí no están en juego factores mecánicos o determinismos históricos, está en juego la intención humana que tiende a abrirse paso ante todas las dificultades…»
Silo. «2ª Carta. Cartas a mis amigos«. 5/12/1991
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